Si, he tenido depresión

Si, he tenido depresión. En esta entrada (Noelia) ya os lo dije. Y también amenacé con dedicarle un post (jajajajaja).

No me avergüenzo de decirlo porque no lo considero un signo de debilidad (al contrario, entiendo que cuando caes en una depresión es porque has sido muy, muy fuerte largo tiempo) y es una enfermedad que desgraciadamente puede padecerla c u a l q u i e r a. Seguro que algun@s de vosotr@s la habréis sufrido también, lamentablemente.

Desde algo antes de 2013 hasta pasado 2015 no fui yo. Tener depresión no es llorar unos días, sentirse triste o baj@ de ánimo. Se ha abusado de la palabra depresión, como de otras muchas, cuando afirmamos de alguien que está abatido: " está depre" .

En mi experiencia, tener depresión es llorar todos los días ( en varias ocasiones), estar triste ( con una tristeza tan profunda que te cala hasta los huesos),no poder pensar con claridad, sentirte que estás malísima (como si tuvieras una gripe con fiebre alta) y costarte trabajo hasta respirar.

Si luchas contra ella es estar delante del armario y sollozar y sollozar porque eres incapaz de decidir con qué quieres cubrir tu cuerpo, qué comida prepararás o si te lavas el pelo. Cualquier complicación de la vida cotidiana se convierte en un gigante a priori dificilísimo de doblegar y no os cuento ya los problemas.

Es permanecer en la puerta de tu casa con el estómago revuelto porque tienes miedo a salir de tu madriguera, sientes tanta angustia vital que si esa energía negativa fuera positiva podrías mover ríos o montañas.

"Sólo, temblando de angustia, sentí el grito vasto, infinito de la Naturaleza"

Edvard Munch

Sufro mucho dolor físico pero a lo que temo más en la vida es a volver a esa condición. Siento verdadero pavor al recordarlo porque la ansiedad que se sufre es tan grande como si supieras a ciencia cierta que va a caer un meteorito en la Tierra en cinco minutos y arrasara con todo.

Yo tuve suerte, conté con apoyo familiar y de amig@s en esta situación. (Gracias Kique por acompañarme en uno de los peores viajes de mi vida, gracias hermanas, en especial Mar, por tus charlas, a mis amigas: Maribel Martín y su familia (por acogerme en su casa y tantas cosas más) a, Toñi, Mila, Marina y a Maribel Jimenez por aguantar mis wasap y contestarme y a Resu por su cercanía y comprensión.

(Si, si, lo sé, estoy pesadica con dar las gracias tanto pero ya sabeis que "de buen nacido es ser agradecido" y no le tuvieron que poner a mi madre una transfusión de sangre cuando nací para ahora llegar yo y no dar las gracias). Jajajajajajaja

Volviendo al tema de esta semana, es muy difícil vivir con alguien que tiene depresión y es muy duro querer a quien la padece porque se puede hacer muy poco. A priori, la desazón puede inundarnos. Sin embargo, os recomiendo dar cariño: hablar mucho, coger de la mano, abrazar, recordarle lo maravillos@ que es, decirle que cuenta con tu apoyo pero sobre todo acompañar, estar ahí, aguantar cuando llora sin juzgar, ofrecer un hombro, soportar cuando no nos trata todo lo bien que debiera y mirarle a los ojos, esos ojos tristes que luchan por salir de ese pozo. Y es que cuando caes, caes bien. 

Se pueden tener recaídas, yo esta primavera no la estoy pasando bien. Noto que me ronda. Peleo cada día por mantenerme a flote. No obstante, somos human@s y se puede recaer en distintos grados. Yo, gracias a Dios, no es una recaída fuerte lo que tengo ahora. Pero si lo fuera os digo que no nos sintamos culpables y tengamos compasión con nosotr@s mism@s que a veces somos nuestr@ peor enemig@,

Y nunca, nunca, nunca le digáis a quien sufre depresión los consabidos : "Anímate" o "Pon de tu parte"

En mi caso, ponía todo lo que puede poner quien está en el mar con un oleaje muy fuerte e intenta volver a la orilla.

Por supuesto, hay que contar con tratamiento de especialistas: psicólogo@s y psiquiatras. Yo no hubiera salido sin eso. De hecho, tuve que cambiar de psiquiatra. Cuando tienes una enfermedad física todo el mundo ve claro ir al médico, sin embargo si se trata de la mente.....¡Ay amig@s, con la Iglesia hemos topado!

Pensé de verás que no volvería a ser yo pues me pudrí entera hasta la raiz. 

Mas desde mediados de 2015 retorné. Fue poco a poco y progresivo. A veces, tengo alguna leve recaída como os he comentado más arriba, no he tenido ninguna grave, gracias a Dios. Pero en cuanto me noto algunos síntomas me pongo en alerta y concentro mis esfuerzos en cuidarme más de ella.

¿Y cómo conseguí salir de ese estado?

Aparte de lo dicho anteriormente del apoyo de familia, amigos y profesionales de la mente......tiré de un hilo.....si, un hilo....pero eso ya será tema de otra entrada.