El hilo

¡Hola; querid@s! ¿Cómo estáis?

En la última entrada sobre la depresión, me quedé en cómo fui recuperándome de ella poco a poco. Os dije que había sido tirando de un hilo.

Recordaros que aparte de lo que voy a contaros tenía/ tengo apoyo psicológico, psiquiátrico y familiar. Además, yo no dejaba de luchar.

El caso es que un día me descubrí disfrutando de un programa de televisión ( Tú cara me suena) quien lo haya visto, ya sabe: música, bromas, risas...) y fui consciente de ese momento. Comentar que cuando se tiene depresión se pierde toda capacidad para gozar.

Así pues, una amiga me dio la idea de por qué no veia la novela "El Secreto de Puente Viejo". Empecé a mirarla pero no me gustaba mucho. Recordé que todo el mundo hablaba de la primera parte de la novela: La historia de Tristán y Pepa y le di una oportunidad. Me vi los 300 y pico capítulos y en mi fui notando que me gustaba. ¡Al fin, reaccionaba con algo pasándolo bien!

Ese fue mi hilo. Puede que os resulte vulgar o sencillo. Pero pienso que es en esas cosas pequeñas donde se alberga el verdadero bienestar. Has de aferrarte a algo. Lo que sea. Lo que te sirva y tirar de ese hilo.

Y como dice el refrán:" El comer y el rascar todo es empezar...." Pues comencé. Claro, todo este proceso que os cuento duró mas de dos años.

Primero vi la novela, luego un día compré maquillaje y comencé a pintarme de nuevo, otro día puse música, me iba a caminar por sitios donde hubiera gente, me pinté las uñas, comencé a contestar mensajes de wasap , a hablar por teléfono por gusto,  buscaba recetas para hacer comidas ricas y compraba margaritas....muchas margaritas. Todo despacio pero sin pausa.
Mi hermana Mar y mi marido Kique me animaron y aconsejaron hiciera algo con mi nueva vida de jubilada. Estuve buscando todo un verano opciones que pudiera realizar desde mi sillón geriátrico que es donde "vivo" jajajajaja. 

Al final, me matriculé en la carrera de Historia del Arte en la UNED. Siempre me habían encantado las dos cosas: La Historia y el Arte. Estuve barajando otras opciones pero me di cuenta de que esa era la que mejor me encajaba.

Empecé de nuevo a estudiar. Hube de acostumbrar la mente al nuevo vocabulario que no tenía nada que ver con Derecho ( la carrera que cursé primero y también en la UNED) pero poco a poco me daba cuenta que disfrutaba.

Recuerdo que el primer año, el primer cuatrimestre solo fui a un examen y casi no acudo. Tenia miedo a no acordarme de nada, a fracasar, a.....pero lo hice. Volver donde hacia mis antiguos exámenes de Derecho me emocionó mucho......pero.....aprobé y eso me motivó un montón para continuar. Comprobar de nuevo que tu trabajo da buenos frutos es una pasada. Y a lo tonto a lo tonto.....ya estoy terminando segundo.

Después comencé a quedar con amigos, a hacer algún pequeño viaje, ir al cine, al teatro y a cantar...si, me gusta cantar ( en mi casa) y creo que eso es una de las últimas cosas que hice en mi mejoría.

Quizá todo se resuma en hacer cosas que te gusten, como me decía y dice mi psicóloga, lo que pasa que cuando estás así de mal se te llega a olvidar con lo que te regocijabas. Y ese hilo del que hablo es el que te conecta con las ganas de dicha, de gozo y bienestar que creo tenemos todos los seres vivos. Lo que pasa que la depresión lo corta y te hace olvidar que poseemos ese anhelo de felicidad.

Con todo, vivo en alerta para no volver a caer así nunca más, aunque claro somos solo human@s.

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