No soy él

¡Hola! ¿Qué tal lo lleváis? 

Esta semana de cambio de tiempo lo estoy pasando mal. Estoy de crisis de dolor. El otro día hablaba con una compañera del grupo que hicimos la terapia (¡Hola Ana!)y me dijo que yo no era mi dolor.

Claro, ¿Cómo se me podía haber olvidado algo así? Precisamente el logotipo del blog ( lo tenéis arriba en grande) va de eso. 

Son dos monigotes, ya, pero representan en azul la persona que sufre dolor crónico y en gris oscuro el dolor ( más pequeño y separado del que simula el ser humano)

Y es que después de siete años con dolor crónico, de que por él: te haya cambiado la vida totalmente, todos los días te levantes mal, no sepas si tendrás que cancelar planes, lo portes cual mochila a todos los sitios que vayas...en fín, parece que él te conquista.

Noelia (mi psicóloga) en la terapia grupal nos mandó un ejercicio de imaginación y nos dijo que identificáramos al dolor con algo o alguien. Muchos años lo he asociado con un viejo decrépito, malvado, de rasgos puntiagudos, cortantes...
Mirad, hace un tiempo escribí esto:

Si, es él. Lo he intentado evitar durante todo el día pero ahí estaba captando mi atención desde bien temprano por la mañana. Es insistente y no tiene en cuenta siquiera los días que estoy de mejor humor. Y es descarado, me gira la cara para que lo mire a él. Siempre él por delante....

Se está pasando. Esta noche me ha enseñado su cara más fea. Es un viejo decrépito y deforme.

Escuchar su voz ya solo me pone en alerta, con un tono helado logra doblegar mi voluntad y me machaca...y le atiendo.

Desconsiderado, sabe que estoy toda la jornada huyendo de sus requerimientos pero insiste, insiste y lo logra. Lo logra y me abate. Me deja a su merced. Me mina toda. Mis venas se llenan de su líquido asqueroso, se sube a mi cuello y consigue que su peso me doble...otra vez.

Ya no soy yo: miro con otros ojos y siento con otra piel. Contaminada le suplico que me dé una tregua pero no brinda ninguna.

Al tiempo, logré recomponerme y me miré en un espejo. Y ya no lo ví. Mi rosptro estaba fatigado por la lucha pero ninguna figura asquerosa. Lo conseguí...de nuevo. Acerté a verme solo a mi porque por mucho que él quiera no soy......mi dolor.

El emblema del blog pretende representar eso precisamente que no somos nuestro dolor aunque viva con nosotr@s.
Él está fuera de mi y de lo que se trata es de que mejoremos relaciones. Pero bueno eso será cuestión de otra entrada, u otras dos o tres....

Mientras tanto sigamos coloreando. Con dolor si, pero a colorear. Mañana será otro día. Otra oportunidad más, no una carga.

Comentarios

  1. Mar Parra Pérez2 de mayo de 2017, 20:38

    Claro que no eres él. Eres mucho más que el dolor.! No puedo imaginar que haría yo si tuviese dolor crónico u otra enfermedad degenerativa e invalidante. Que afortunados somos que tenemos salud!, pero tienes que procurar que tu vida no la domine el dolor sino tú a él, manteniendote ilusionada, haciendo pequeñas y grandes cosas como hasta ahora y en definitiva seguir luchando. Ánimo!!

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  2. Muchas gracias, hermana! Si, lo más importante es la salud.
    Eso intento todos los días, que el dolor no me nuble los ojos y seguir caminando.

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  3. Yo veo tu dolor, es cierto, aunque no logró comprenderlo. Un poco de el también va conmigo y siento frustración. Pero tu figura es nítida y su proyección es casi infinita. Ahora lo sé, tu dolor es envidioso. Gracias Mariajo.
    P. Watch It!

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    1. Peter, perdona pero la que no logra comprender tu mensaje soy yo. De todas formas, gracias por comentar. Besos

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