Se ha despertado el ogro.

¡Hola! Se me ha despertado el ogro. Si, si un ogro. En enero de este año me hicieron un tratamiento quirúrgico para aliviar una de tantas zonas de dolor como tengo. Y es que esta "una" es eso: un ogro rugiendo en mi coxis y mis glúteos. Me dijeron que el efecto paliativo duraría 6 meses y así ha sido.

Me está afectando mucho, vivo en una crisis de dolor continua aunque con algún ratillo de tregua en el que escribo esto. Llamé a la unidad del dolor y me dicen que no abuse de la medicación pero tiro de pastillas. ¿Que más me queda?

Conozco gente con mi mismo problema (ver aquí: grupo) que por el dolor ha vuelto a fumar, abusan del alcohol o fuman porros y aunque no esté bien, lo entiendo porque lo que no se puede soportar es insoportable y lo que no se puede aguantar es inaguantable.

Hay personas que el ogro ha roto su matrimonio, otros se han dejado un buen dinero en un curandero, homeópatas o en las placas Tesla, asimismo hay quien es comedor/a compulsiv@ (yo misma he perdido este último año 12 Kilos porque me lo dijo mi médico y ya me estaba poniendo muy hermosa) y es que ya lo decía Goya: "El sueño de la razón produce monstruos".

Hago relajaciones, me entretengo con muchas cosas y rezo.

No obstante, hay un antídoto contra este ogro, nieto de un dragón y sobrino de una hidra mitológica, para que aunque no me quite el sufrimiento físico si disminuya el psicológico. 

Es el amor, la fe y la poesía. Considero que es lo único que nos salva de este mundo de desgracias y penares. 

Hay una escena de una película: "Esencia de mujer" de 1992 que me encanta. Much@s la conoceréis. Es cuando el protagonista Al Pacino baila tango con una mujer. El oscarizado actor hace el papel de un altísimo cargo del ejército norteamericano que se ha quedado ciego y su existencia y su mal carácter le pesan demasiado. Viaja a Nueva York con un joven que le haga de lazarillo. No os doy más detalles del film por si la queréis ver, pero observar el rostro de Al Pacino bailando. Saborea la música, se deleita con su acompañante, se olvida por unos minutos de quien es y qué le pasa...es pura poesía.

La veo muchas veces y siempre me emociona y me insufla ganas de seguir para continuar buscando "mis tangos"

Mirar la cara del protagonista joven: Chris O¨Donnell que sonrie y es feliz al ver a su compañero de viaje. Eso es amor y al final de la película vemos como la parte bondadosa del ser humano destaca sobre la porquería y eso aumenta mi fe.