Mal-tratada por tener dolor




No, no me he pasado con el título. Y lo vais a ver si continuáis leyendo.
La Real Academia de la lengua define maltratada como:
1. Causar daño físico o moral a una persona o animal, generalmente con golpes o insultos.
2. Deteriorar una cosa generalmente por falta de cuidado en el trato.
Nunca os he pedido que compartáis y difundais una entrada, pero esta es la ocasión. Os lo ruego. Quisiera que llegara a todos los rincones y quizá a algún despacho. Es mi experiencia personal pero va por tod@s l@s que padecemos la enfermedad dolor crónico. El mal invisible, inmortal e incurable. Por todos los que se han sentido enjuiciados, cuestionados, no cuidados.




Vaya por delante mi reconocimiento y admiración al personal sanitario porque sobre todo ante la pandemia Covid se han dejado la piel, el alma y muchos la vida. Tengo familiares y amigos trabajadores de la salud y conozco de primera mano la nobleza de su vocación y el buen trabajo que realizan echando horas y horas sin reconocimiento.

Este texto no va de criticar negativamente a ese colectivo, por supuesto que no, pero si existen asuntos muy importantes a mejorar y ya no hablo de recursos, presupuestos, materiares....etc que también. Hablo de la carencia de un TRATO HUMANO CON ALGO DE EMPATíA. Quizá es una característica de nuestra sociedad y esto cala en todas partes. 

Esto choca con el mundo virtual donde encontramos una verdadera comunidad entre pacientes y sanitarios como las iniciativas: #FF PACIENTE, #CRONICHAT, escuela de pacientes, #pacientesquecuentan, tuvidasindolor.es. En Twiter es maravilloso como la ayuda y comprensión de doctores, enfermeros, auxiliares se funde con preguntas o comentarios de todo tipo de pacientes. Quizá dentro de 50 años algo de esto lo veamos en el mundo1.0 Quizá sea muy pesimista pero es mi opinión.

Puede que pida demasiado.....pero creo que estando enferma cuando entro a mi hospital me gustaría no sentirme ninguneada, enjuiciada, castigada por decir que me duele, no escuchada, no asistida, y con el capítulo final que contaré a continuación: maltratada.
En un hospital o centro sanitario se trabaja con material tan sensible como somos los pacientes. Pero cuando se trata con pacientes de dolor crónico AÚN NO SE SABE CON QUÉ Y CON QUIENES SE ESTÁ TRATANDO. Me produce mucha alegría que otros enfermos con otras patologías, como por el ejemplo el cáncer, tengan cierta empatía de todo el personal sanitario, pero es que el dolor crónico tiene unas consecuencias psicólogicas y sociales muy parecidas al cáncer. Pero no se ve en ninguna prueba.



Estamos hablando de pacientes de dolor crónico a los que éste les incapacita para no solo hacer vida normal, si no para hacer algo de vida. En mi caso, he de estar tumbada el 80 por ciento del día. Es un dolor altísimo, como digo incapacitante que merma mi cuerpo y mi mente. He perdido capacidad cognitiva y todos los días, las 24 horas, los 365 jornadas al año son un ejercicio de superación en mi cuerpo y en mi mente, trabajando ambos para superar el día cuerda. Y es que es DOLOR....¿acaso existe algo peor para el ser humano?


Bueno, el caso es que todo parte porque recientemente me han vuelto a operar de la espalda (¿ a la tercera va la vencida?) me han hecho una artrodesis de L3 a S1 después de año y medio encamada y he tenido un preoperatorio y postoperatorio cuanto menos "especial"
Los viajes al hospital para el preoperatorio, 3 días distintos, fueron esfuerzos titánicos por el dolor que me acompañaba a pesar de tomar medicación de rescate. Pero no me rescató nadie: ni la medicación, ni cuando pedí una silla de ruedas y me mandaron a otro ala del hospital, ni cuando iba a desmayarme por el dolor y me dijeron que siguiera esperando en unas sillas muy cómodas de madera.

Ya me advirtió y recordó una gran amiga mía doctora de que me armara de paciencia ante el postoperatorio en el hospital porque me iba a sentir como un trozo de carne pues le había ocurrido a ella en un ingreso recientemente.


Nunca me he sentido intimidada por un hombre, no me han robado, ni violentado. Y ha tenido que ser en una cama de hospital dónde me sienta: violentada, amenazada, intimidada y maltratada.

Al día siguiente de la operación entró el médico, y como en las anteriores operaciones me ordenó que durante el día me levantara. Y eso hice, fui al baño pero fue una agonía. Con toda mi voluntad dejé la cama y el dolor de la radiculopatía severa que padezco estaba bravísimo. La paradoja era que me dolía más mi pierna que la intervención. ¿Cómo encajar eso? Mi cuidadora y mi hermana se quedaron espantadas al verme. Quedamos en comentarle este hecho al día siguiente al doctor cuando pasara...


¡Ay el día siguiente! Entraron por la puerta de la habitación un celador y una tcae ( auxiliar de enfermería) Ésta entró comentando, venga que hoy te tienes que levantar. Le expliqué lo que me había pasado el día anterior y que aún no había pasado el médico para comentarle.
A lo que respondió:
- Nada, nada, tú te levantas hoy.
Resignada, comenzaron a subir la cama para que me sentara y me levantara, lo intenté pero el dolor terrible que sentí en mi pierna me hizo desfallecer.
-Venga, no te marees. Mira al árbol.
¿En serio? ¿Mira al árbol? Me desmayaba del dolor y su solución era que mirara al árbol que se veía por la ventana.
- No te puede doler más la pierna que la operación-me comentó.
Hay gente que sigue trabajando en plan robot: sota, caballo y rey y si sale algo distinto ya no existe, no les sirve.
Abnegada me levanté de nuevo y el dolor hizo que me tirara en la cama.
Dicha tacae salió por la puerta diciéndole a mi cuidadora que se iba y que no podía conmigo.
Lo que hizo fue pedir " refuerzos" y llamó a la Bestia.
Esta Bestia era un hombre fuerte físicamente que entró con el anterior celador. La Bestia me pidió voceando que me levantara. Le expliqué que me era imposible y ante la impotencia comencé a llorar. Entiendo que hay que alentar a los pacientes a superarse pero siempre dentro del respeto y atendiendo a cada clínica. 
La Bestia con sus brazos fornidos me levantó de la cama, me zarandeó y me ordenó que me quedara levantada. Yo no pude y me volví a tirar en la cama. Entonces....
En mi habitación estábamos los tres solos: la Bestia, el celador y yo pues a mi compañera de cuarto se la llevaron a la pobre a la UVI e hicieron salir a mi cuidadora. Después de lo que me pasó os recomiendo que cuando os pidan que os vayáis de un cuarto de hospital porque estéis cuidando a alguien bajo ningún argumento lo hagáis.
Comenzaron a hacer la cama conmigo en ella girándome de un lado a otro.
Cuando me tocó del lado de la Bestia, acercó su asquerosa boca a mi oído y me dijo:
- A lo mejor el dolor emocional que yo tengo es mayor que tu dolor físico, eh? ¿No te lo has preguntado?
Yo no daba crédito a lo que me estaba pasando. En una cama de hospital, con la única vestimenta de un camisón medio abierto, dos hombres me giraban de un lado a otro y uno era peligroso.
Luego igualmente al oído para que nadie lo oyera me dijo:
- Como sigas así no vamos a darte de comer, ni medicinas, ni a limpiarte, ni nada así que tú verás.
Inmediatamente saltaron las alarmas en mi cabeza e intenté coger el mando con el botón para llamar pero la Bestia lo alcanzó y me lo subió más arriba para que no alcanzara.
Es ahí cuando comencé a llamar a mi cuidadora que se encontraba en el pasillo esperando.
Ella entró pero la Bestia se abalanzó sobre ella y la echó fuera dando un portazo gritando:
- Aquí no entra ni Dios.
Y ya entré en shock y comencé a gritar Socorro durante un tiempo que se me hizo infinito.
Le pedí cuando entró gente en la habitación su nombre y apellidos y me contestó que se llamaba: Jesucristo.
Después de este hecho me dio una crisis de ansiedad, al rato pasaron el médico con una enfermera. Les referí el acontecimiento y bajando ambos la cabeza me dijeron que en todos sitios hay manzanas podridas y que olvidara lo que había pasado pues no me convenía para mi recuperación.
Si, lo sé muy fuerte. Como pude rellené en el móvil el formulario de reclamación y queja. Y mi hermana se peleó con atención al paciente para que llamaran a la supervisora de planta que estaba desaparecida para que me tomara declaración, por lo visto ese es el protocolo oficial cuando ocurre algo así en un hospital.
Horrible. Hablé con mi abogado para denunciarlo judicialmente, ya no por mi solo, sino por todas las personas que habrán sufrido y sufrirán abusos de este ser. Me dio por llorar pensando en todas las personas vulnerables, entre ellos todos los enfermos de dolor crónico que se sienten cuestionados, no creídos, enjuiciados que podrían haberse encontrado con una bestia así. Y me pregunté además que si no hubiera sido una mujer hubieran ocurrido estos hechos.
Al final no lo he denunciado por lo penal. Si, ya lo sé debí hacerlo. Y sobre todo siendo licenciada en Derecho pero me pudo el miedo. Lo siento. El miedo a que al pedir el expediente de la Bestia al hospital, pues off the record me confirmaron que yo no había sido la primera, esto me explotara en la cara cuando volviera a necesitar al hospital. Aparte me encontraba bajo mínimos tanto físicos como emocionales. Quise "apartar" el hecho pues bastante tenía con no poder caminar por culpa del dolor neuropático de mi pierna y la recuperación propia de la artrodesis.



Y por la tarde. se iluminó en mi corazón el #JuntasvamosApoder que usamos en #pacientesquecuentan. Con ayuda de mi hermana Eva que me insufló fuerza y confianza en mi misma, hice varios intentos para levantarme de la cama.Hasta que pensé en mi querida amiga Vero, @1nasufridoramas 
Tenemos patologías muy parecidas y tanto ella como yo una radiculopatía severa y rabiosa.
" Si Vero puede, yo también" "Va por vosotras queridas pacientesquecuentan"
Con esta luz, la voz calmada de mi hermana y el andador me puse en pie y dar cuatro pasos. El dolor era tremendo, la hazaña una nimiedad pero me sentí conforme conmigo misma.

Al día siguiente, me entregaron el corsé que tengo que llevar durante tres meses y noté mucho consuelo en la zona lumbar, pude caminar a pesar del dolor hasta el baño de la habitación con el andador.
Actualmente estoy recuperándome de la cirugía y de todo el período encamada. Está siendo duro. He de esperar. Hace un par de semanas recibí una carta de disculpas del hospital por lo que he contado arriba.
Me ha costado muchísimo escribir esta entrada, por mi estado de dolor y ansiedad, pero también por los hechos que narro. Lo he intentado hacer sin rencor ni rabia porque podría haber dicho que lo malo que tiene esta pandemia es que por desgracia cualquiera, hasta las Bestias y sus secuaces, pueden acabar en una cama de hospital muy malitos y toparse con otras Bestias pero lo retiro.


Me gustaría pedirle al doctor Micó, presidente de la Sociedad del Dolor, a ver si puede conseguir que en los despachos se decida dar formación al personal sanitario sobre qué es la enfermedad dolor crónico. A lo mejor estoy diciendo una tontería pero estimo que sin formación no va a haber atención. Y aunque no tenemos cura el pedir que nos cuiden tampoco es tan utópico. No nos quejamos por gusto, lo hacemos porque nos duele de una forma que quien no lo pasa no puede ni imaginar, destruye nuestras vidas, nos afecta psicológicamente y afecta a nuestro organismo de manera global.


Gracias a mi amiga Vero y a mi hermana Eva. Cada una me sostuvo de un brazo y cual ángeles hicieron que diera esos pasos tan escasos pero determinantes para otra vez volver a empezar.














Comentarios

  1. No sé si sabes el nombre de ese bestia sin corazón. No me extraña que no pudieras hablar.
    Me gustaría saber su nombre y el nombre del Hospital. Es una VERGÜENZA.
    A mi me operaron en San Francisco de Asis el 14 de Febrero y me llevaron a la UCI no quisieron darme mi medicación.
    Y las enfermeras fueron conmigo tan malas como esa bestia. Yo si la iba a denunciar pero llego el confinamiento. Me dejaron grapas sin quitar. Gracias que tengo una sobrina que es enfermera en la Paz que me las quitó.
    Y luego las tres semanas las pasé sola, completamente sola, sabéis lo qué es eso.
    Muy triste, yo no confío en nadie y cada día le pido a Dios que me lleve. Pero lo tuyo mi niña no tiene nombre, yo a ese tío le hacia la vida imposible como fueron aquellos largos minutos.
    Esto no puede quedar así, tenemos que hacer una petición a través de Change. Org para que sea destituido. Perdona amiga estoy impactada por la maldad que hay en el mundo.
    No puedo soportarlo. Le pegaría una patada ahí en sus partes bajas.
    En fin estoy llorando ya hablamos.
    Te quiero Paquita

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    1. Si, es mucha impotencia. Siento mucho que tú lo pasaras mal también. Un gran abrazo, amiga.
      Gracias por comentar.

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  2. Siento mucho que hayas tenido que pasar por esta situación y en un sitio en el que se supone te deberían cuidar y tratar con respeto, delicadeza, una persona vulnerable e indefensa como estabas tú. Ese personaje no sólo tiene falta de empatía, lo suyo es crueldad, abuso de poder.

    Me alegra leer que en un momento muy duro para ti, yo, y el resto de #pacientesquecuentan te sirviéramos de aliciente, de motivación para intentar ese esfuerzo extremo que requiere hacer a pesar de dolor, para empezar a poder avanzar. También quiero decirte que tú, eres tú, única, con tu historia a tus espaldas y si otra persona puede y tú no, no te sientas mal por ello, no te compares con nadie, tú lo haces lo mejor que eres capaz.

    La recuperación de la artrodesis es muy lenta, a mí me costó más de un año, te manda un abrazo que te ayude a recargar la mucha fuerza y paciencia que vas a necesitar.🤗😘😘🍏🍏

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras. Fue horrible pero saqué fuerzas para dar esos pasitos con ayuda de los demás como digo en la entrada.
      Llevas razón cada uno somos únicos y no he de compararse pues como dices lo hago lo mejor que puedo.
      Gracias por tu fuerza y paciencia

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  3. Siento mucho tu mala experiencia, y no creo que haya sido porque esa "persona" no entendiera tu dolor, probablemente haga lo mismo con todo tipo de pacientes, y en estos casos lo único que sirve es denunciar...

    Muchos abrazos de los que no duelen y mucha fuerza para afrontar con estos buenos ánimos tu postoperatorio.

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    1. Muchas gracias por tus palabras de aliento. Un abrazo, tocaya.

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  4. No puedo expresar lo que sentí al leerte. Me parecía estar allí a tu lado.
    ¿A cuántas personas habrá mordido La Bestia? ¿Cuántas Bestias habrá desgarrando almas? Lo peor es que a menudo saben quiénes son y por una cosa u otra, ahí siguen sin que se haga nada. Porque los pacientes vulnerables ya tenemos bastante con lo nuestro como para lidiar con otra difícil batalla. Me alegra que tuvieses a dónde agarrarte para salir adelante. Un besazo muy grande y mucha fuerza para la recuperación que es en lo que te tienes que centrar ahora.

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    1. ¡Ay! Gracias por tus palabras de comprensión. Yo al leerte también he notado que estabas aquí conmigo. En ello estoy en la recuperación. Perdona que te haya contestado tan tarde....ya sabes. Un abrazo muy muy grande. Y recuerda que vales un montón. Muack!

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