Margaritas en la carretera


INTRODUCCIÓN:

Este post es algo distinto que los anteriores en el blog. Estoy experimentando de nuevo escribiendo ficción y en un juego de propuestas de temas con un amigo surgió de lo que va este relato. 
La verdad que le tengo que agradecer a esta persona el proponer este tema pues quizá nunca hubiera escrito sobre ello, a pesar de tenerlo muy interiorizado y ha supuesto en parte un poco de liberación para mi.
Así que con mucho pudor os lo dejo, por si gustáis.



RELATO:

Era el año 2050, Alejandra una mujer sencilla, pasional, responsable y risueña se abría paso por la vida. Llevaba ya unos años trabajando en un juzgado. Viajaba, hacia senderismo, disfrutaba con los amigos en un bar, leía poesía, amaba la música e iba al teatro. En la mitad de la treintena su cuerpo no pudo más con no se sabe qué razones ( bueno ella lo adivinaba), se paró con un gran dolor en la espalda y en las piernas. Eso trajo dos operaciones de columna y el diagnóstico de Cirugía Fallida de Espalda.¡ Qué nombre tan horrible para describir lo que padecía!

Ya nunca más se pudo incorporar a su trabajo. Perdió eso, la capacidad para hacer deporte, hacer vida social, cocinar, conducir, aunque lo más importante fue la salud. El dolor crónico que padecía era insufrible, cada vez más incapacitante, cada vez más lacerante. más hiriente. Nadie está preparado para esto pero así la mandaron a casa.

Jugó con la pintura, escribía, leía, amaba la belleza, el arte y se zambulló en la carrera de Historia del Arte para encontrar su sitio perdido en el mundo... a los tres años empeoró y su cuadro de dolor crónico le afectó a su capacidad cognitiva...hubo de dejar la carrera.
¡Qué más te vas a llevar, Bestia maldita! bramaba.

Todo esto le hizo entrar en la Negrura y en el Vacío. El paso de Semana Santa que llevaba como única costalera se cayó encima suyo diluyendo lo que fue. Secándola, pudriéndola.
La angustia se hizo desesperante y la desesperanza se hizo angustiosa. Los días pasaban y eran irrespirables, agobiantes. Y es que el sueño de la razón produce  monstruos.

Lo peor era que el dolor físico que tenia le retroalimentaba todo su dolor emocional. O al revés, el maldito circulo del dolor, el cual se combatía según expertos con el autocuidado. Se sentía sin recursos para salir de ese estado.
Asi todo, pidió ayuda en la Unidad de Salud Mental, a pesar de que le rayaba el corazón el estigma equivocado que aún tenían las enfermedades mentales y fue a varias sesiones con la psiquiatra y la psicóloga. Alejandra les habló de sus ganas de terminar con todo. ¿Para qué vivir así? ¿ Por qué debía de hacerlo?

A pesar del tratamiento farmacológico que le puso la psiquiatra ésta le habló de unas medidas novedosas que se estaban aplicando en los casos de pacientes con riesgo alto de suicidio. Se había invertido mucho en los últimos treinta años en investigación para hacer disminuir estas cifras en todo el planeta. Se estaba implementando un extraordinario Plan Nacional de Prevención del Suicidio. Y es que esta causa de muerte siempre había tenido cifras altas: en 2020  duplicaban los muertos por accidentes de tráfico. Pero ahora se había convertido en la primera causa de mortalidad en el mundo y la OMS tuvo que hacer algo. Se daban becas a científicos, se dotó de más presupuesto a los países que tenían más fallecidos se invirtió en Salud Mental. Hasta en los colegios pusieron una asignatura de Psicología para que los niños desde pequeños reconocieran sus pensamientos, sentimientos y emociones.

Ahora si se hablaba de suicidio dejando de ser un tema tabú. Tradicionalmente no había sido así.Salía muy poco en los medios de comunicación. Por el efecto llamada, decían. O el efecto imitación.¿La llamada o la imitación de ponerse en el borde del precipicio con el vértigo más abrumador así porque si, en serio?

Las acciones que se tomaban eran inducir a este tipo de pacientes a un coma durante un año mientras se aplicaba terapia de choque combinada: un medicamento en vena, psicoterapia por parte de la psicóloga pues los pacientes podían escuchar y sentir. A la familia y los amigos se les requería colaboración para que hablaran y estimularan a la persona objeto del tratamiento de forma sencilla apostando por lo que le gustaba a ese ser querido pero sobre todo sin juicios ni valoraciones y mucho menos chantajes. Se estaban salvando muchas vidas y la gente vivía con una actitud de aceptación y compromiso ante lo que le sucedía que estaba sorprendiendo a los mejores psiquiatras y psicólogos del mundo.

Alejandra tenía dudas respecto a su dolor. Estar un año encamada podía agravar mucho sus patologías. La psiquiatra le informó de que toda alternativa en medicina era una apuesta pero que le practicarían estiramientos diarios y después los pacientes se sometían a un ciclo de rehabilitación. Por su experiencia, ese era un problema menor. El mismo día le atendió su doctor en la unidad del dolor, el cual le comunicó que la sustancia que le iban a inyectar junto con la posterior rehabilitación no aumentaría su dolor pues este medicamento actuaba de escudo hacia su dolor. Tenía gracia la cosa. ¿ Y por qué no se le aplicaba esta sustancia para tratar su dolor? ¿ Para atacar a la enfermedad inmortal?

Con todo esto en su cabeza, salió de la consulta con muchas interrogantes en su cabeza.
Quería salir del estado en el que se hallaba, eso estaba claro. Allí donde reinaba Hades, el dios del inframundo, donde rompían las olas en el acantilado, donde el Ogro la tenía secuestrada. Paseando por un puente de carretera cerca de su casa, la primavera ya brotaba, las flores amarillas, los génaves y las amapolas ofrecían un espectáculo lleno de belleza que emocionó a Alejandra. Y las margaritas....sus margaritas, su flor preferida. De repente, sintió vértigo ¿ Y si me tiro? Tan solo sería un segundo y ya está. A su derecha el puente donde se veía el paso incesante de coches a la izquierda el campo retumbando primavera como decía Bécquer. Se fue a casa pensando en el proceso que le habían explicado los profesionales sanitarios.

Pasaban los meses y seguía igual. Al pensar en desaparecer se acordaba de sus seres queridos. No quería hacerles sufrir. Sin embargo, se permitía pensar que si no eligió venir a este mundo, al menos podía salir de él cuando quisiera, qué menos. Reflexionó mucho en esa idea, hasta bailaba con ella.........hasta que ya no pudo más. No quería soportar más horas  de aquella manera, el dolor tanto emocional como físico no menguaba y estaba exhausta psicológicamente. Nadie que se suicide quiere morir, lo único que se desea es dejar de sentir ese desgarro intenso, vivido como intolerable y aparentemente interminable.

Una noche cuando estaba tumbada se quedó fija mirando la luz del salón y ya no encontró excusas para no hacerlo, excusas para no morir. Sabedora de que estaba haciendo algo malo salió al garage. Puso todas las cajas de sus pastillas en el capo de su coche que ya no podía conducir. Eran muchas píldoras dispuestas a pasar a su cuerpo. Miró de nuevo en su interior y fuera, como para darle a la vida otra oportunidad pero no halló más que tormento.
De pronto, le temblaron las piernas, era como si no le sostuvieran su cuerpo. Se desmayó. Al despertar subió a su dormitorio con la sensación de realidad alterada.
Al día siguiente, ya lo tenía decidido, se haría el tratamiento. Llamó por teléfono a su psiquiatra  informándola de cómo se encontraba. Ésta le dijo que tenía que avisar a la familia. Se lo dijo a su pareja. Su marido se quedó impactado, sabía que sufría pero eso....eso que le rondaba la cabeza no estaba bien, no señor....eso era ser egoísta, no estar bien de la cabeza.....no supo que decir...angustiado.....pero la vio tan mal que bajó los decibelios de su estupor y de su miedo. Le dijo que la apoyaría en esto.
Al rato, fue sorprendente: acudieron a su casa una ambulancia con su psiquiatra y psicóloga. La abrazaron, la alentaron de que había tomado una gran decisión y la acompañaron al hospital, no sin antes despedirse con lágrimas en los ojos de sus dos gatas, de su gato y su perrito. Fieles enfermer@s que la habían acompañado especialmente todo ese tiempo.
- Portaos bien, les dijo.
- Cuídalos mucho. le rogó al marido.

Ya, en el área de psiquiatría le indujeron el coma. Al fin descansaba.
Los profesionales informaron a la familia de que hablaran con Alejandra que la estimularan con cosas que a ella les pudiera gustar como libros, música, cine.....
Y así hicieron. Sus hermanas, su marido, su madre y sus amigos los que la visitaron físicamente y los que no, llamaban por teléfono, por skype.... Todos comenzaron a ponerle música:
Amaral con su "Si volviera a nacer, si empezara de nuevo, volvería a buscarte en mi nave del tiempo..."
"El punto de partida" de la más grande: Rocio Jurado y su" Yo te busco, en el mundo que me ahoga, que me abraza y que me olvida, en la prisa de la gente, a la vuelta de la esquina..."
Su amado Aute con Albanta: "Yo sé que allí, allí donde tú dices, vuelan las alas del agua, como palomas de escarcha...."
Pablo Alborán....siempre Pablo: su tema Vivir: "La vida gira como una noria, me pierdo por cada rincón, le canto al cielo y no me importa, la risa es mi nueva religión" o en Prometo: "Te prometo que nos mudaremos pronto del fracaso y desconcierto a la calle del silencio..."
Paul Mcartney con Distraction: Distractions, like butterflies are buzzing 'round my head. When I,m alone I think of you, and the things we,d do if we could only be through.
Y tantos otros: Rozalén, Alejandro Sanz, le ponían las listas de música que tenía en su ordenador que iban desde la ópera hasta los Hombres G.

Algo similar ocurrió con la poesía:
Su madre le recitó versos de Santa Teresa: " Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa..."
Su marido apostó por Góngora: "Traten otros del gobierno,del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañanas de invierno, naranjadas y aguardiente.
Sus hermanas a Lope de Vega: " ...Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero,tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso....creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño, esto es amor: quien lo probó lo sabe"
Y Rosalía de Castro: "Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, sin ellos¿cómo admiraros, ni cómo vivir sin ellos"
También le leían a Bécquer, Lorca, Machado y Blas de Otero con su "....nos queda la palabra"

Pusieron aquella película de Frank Kapra que ponía todas las Navidades en las que se jugaba a que el protagonista no había nacido y todo había sido muy distinto para toda la gente que le rodeaba. El film se llamaba " Qué bello es vivir"
El año pasó con sus 365 dias y noches. Despertaron a Alejandra. Todo era incertidumbre en los profesionales sanitarios y en la gente que la quería. Fue una toma de conciencia planeada de forma gradual, hasta que una mañana pidió agua.
Llamaron a la psiquiatra:
-¿Cómo te encuentras, Alejandra?
-Como si hubiera estado durmiendo un año- sonrió.
- Bueno, tranquila. Vamos a empezar con el período de recuperación. ¿Despacito todo, vale?
Alejandra estaba tranquila, serena aunque su dolor físico era intenso. Comenzaron con el proceso de rehabilitación: primero dar fuerzas a sus piernas, después a todo su cuerpo. Iniciando los tiempos desde 5 minutos hasta llegar a media hora a los tres meses. Sufrió mucho ese acondicionamiento físico pero su mente la acompañaba. No daba crédito a la fortaleza que salía de su pecho.Existía, estaba allí.

 Le llenaron la habitación de margaritas blancas y amarillas. Tocó sus pétalos y olió su perfume. Dió gracias por ese olor a vida. Pidió que una peluquera se acercara al hospital: Tinte, mechas y cortar, por favor. Voy a darme un cambio. Se compró ropa por Internet oyendo su música, le parecía mentira el conjugar el verbo disfrutar. Todos sus seres queridos la abrazaron y la besaron. Comió bombones, tarta y abrió una noche camuflada una botella de tinto.
 Una tarde sola en su habitación cerró la puerta. Se comenzó a acariciar esa piel dormida hasta llegar a su sexo. Hundió sus manos en su interior y como en la canción de Aute El Universo encajó todas sus piezas. Lloró de alegría aquella vez. Sus entrañas y su instinto le marcaron la primera dirección, luego hubo otras pero siempre siempre había margaritas. Se lo había prometido así misma.

Cuando salió del hospital, lo hizo tarareando la canción de Pablo López: La mejor noche de mi vida. " Entre la felicidad y la desesperación la carretera es muy corta, necesitaba salir, romper con todo y vivir que lo demás ya no importa, como unos locos sin fe salimos a pelear contra la melancolía.....nos olvidamos de lo que nos falta, ......nos escondimos de Dios....quién sabe cuando podré cantar al cielo otra vez con este grito profundo..." La cual, como narradora de esta historia os dejo como final pues no existió otro....Alejandra siguió caminando al cantar.


Quiero destacar en esta entrada la excelente labor que realiza el Teléfono de la Esperanza en la prevención del suicidio. Su teléfono es: 717 00 37 17











Comentarios

  1. Ojalá existiera esa terapia, pero según sale en televisión tras el coma de un mes algunos sólo son capaces de mover las pestañas, así que tras un año, la recuperación sería muy lenta. Aunque sí se consigue aliviar tanto el dolor físico como emocional merecería la pena, al menos para mí.

    Aunque Alejandra vive en el 2050 no se libra del dolor crónico. Ayer leí una noticia que habían encontrado una zona exacta en los ratones de laboratorio que servía para desactivar el dolor crónico A ver si hay suerte y para el 2050 ya es una realidad que deja de existir el dolor crónico, sólo queda el dolor útil. Mientras tanto tenemos que armarnos de mucha fuerza y paciencia, aunque sé lo duro que es y lo que cuesta 😔❤️💋🍏.

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    1. A ver si la investigación tuviera algún día algún buen fruto para aliviar nuestra enfermedad. Espero que los que vengan detrás tengan esa posibilidad, pero si tuviéramos esa suerte.....nosotras....
      Llevas razón, debería haberme documentado mejor con lo del aspecto del coma, pero lo usé como metáfora, un poco como ciencia ficción.
      Mientras tanto fuerza y paciencia, como dices....pero cuanto cuesta.
      Gracias por tu comentario.

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  2. Querida María José es solo un relato, pero resulta tan cercano para algunos que yo como Alejandra pediría ese año de estar ausente. Aquí estamos tus 🍏💚. Un besazo.

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    1. Gracias por tus palabras y porque sé que estáis ahí. Un gran abrazo

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